Paulus

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Significado de Paulus

Pequeño, humilde

Origen

Latín

Variantes de Paulus

Paul (Inglés/Francés), Pablo (Español/Portugués), Paolo (Italiano), Pavel (Eslavo), Pól (Irlandés), Pau (Catalán), Povl (Danés), Påvel (Sueco), Paavali (Finlandés), Boghos (Armenio)

Significado y Simbolismo

El nombre ‘Paulus’ posee una etimología clara y un significado profundamente arraigado en la historia y la cultura occidental, particularmente en la tradición cristiana. Proviene directamente del latín, del adjetivo paulus, que significa ‘pequeño’, ‘diminuto’ o ‘humilde’. Inicialmente, en la antigua Roma, ‘Paulus’ no era un praenomen (nombre de pila) común, sino más bien un cognomen (apellido o apodo) que se añadía al nombre de familia para distinguir a las ramas o individuos dentro de una gens (clan). Su uso como cognomen podría haber surgido para describir a alguien de baja estatura, al miembro más joven de una familia, o quizás para denotar una cualidad de modestia o humildad.

La transformación de un adjetivo descriptivo o un apodo en un nombre propio de gran relevancia se debe, sin lugar a dudas, a la figura de San Pablo Apóstol. Aunque su nombre original era Saulo (Sha’ul en hebreo, Saulos en griego), un nombre de gran linaje real (por el rey Saúl), tras su conversión en el camino a Damasco, adoptó el nombre de Pablo (Paulus en latín). Existen diversas teorías sobre por qué eligió o fue llamado ‘Paulus’. Una sugiere que podría haber sido el nombre de la persona (quizás un romano) que lo ayudó o influyó en su conversión. Otra, y quizás la más extendida y simbólica, es que San Pablo, en su profunda humildad y consciente de haber perseguido a los cristianos antes de su conversión, adoptó un nombre que significaba ‘pequeño’ como un gesto de modestia y penitencia, viéndose a sí mismo como el “menor de los apóstoles” (1 Corintios 15:9). Este simbolismo de humildad contrastaba fuertemente con la magnitud de su misión y su impacto en la expansión del cristianismo.

Así, el nombre ‘Paulus’, aunque etimológicamente signifique ‘pequeño’, adquirió a través de San Pablo un simbolismo de profunda fe, transformación radical, humildad genuina, celo misionero inquebrantable e intelecto teológico. Se convirtió en sinónimo no de pequeñez física, sino de la grandeza espiritual que puede surgir de un espíritu humilde y dedicado. Llevar el nombre ‘Paulus’ o sus variantes ha sido, a lo largo de los siglos, una forma de honrar al Apóstol y de invocar las virtudes asociadas a su persona y su legado. El nombre encierra la paradoja de la