Significado y Simbolismo
El nombre ‘Mammon’ no es un nombre de pila tradicionalmente utilizado para personas, sino que se conoce principalmente como un término de origen semítico que ha evolucionado para simbolizar la riqueza material, la avaricia y, en contextos religiosos y literarios, una entidad o demonio asociado a estos conceptos. Su significado etimológico directo proviene de lenguas semíticas, como el arameo (ממון - mamon) y el hebreo (מָמוֹן - mamon), donde simplemente significa “dinero”, “riqueza”, “posesiones” o “ganancia”. Es un sustantivo común que denota bienes materiales.
La transformación de un sustantivo común a una personificación, y posteriormente a una figura simbólica con connotaciones negativas, ocurre principalmente a través de su uso en textos religiosos y literarios. En el Nuevo Testamento, particularmente en el Sermón de la Montaña en el Evangelio de Mateo (Mateo 6:24) y en el Evangelio de Lucas (Lucas 16:9, 11, 13), Jesús utiliza el término ‘Mammon’ (μαμμωνᾷ en griego, transliteración del arameo) en contraste con “Dios” (Θεῷ). La frase más célebre es “No podéis servir a Dios y a Mammon” (“οὐ δύνασθε θεῷ δουλεύειν καὶ μαμμωνᾷ”). Aquí, Mammon no es necesariamente presentado como una deidad rival, sino como una personificación del sistema de riqueza material y las preocupaciones mundanas que compiten con la devoción espiritual a Dios. Se convierte en un símbolo de la riqueza vista como un amo, un poder al que se puede servir en lugar de, o en oposición a, lo divino.
Este uso bíblico sentó las bases para su posterior simbolismo en la tradición cristiana y occidental. Mammon pasó a representar no solo la riqueza en sí misma, sino la búsqueda obsesiva de la riqueza, la avaricia, la codicia y el materialismo que puede corromper el espíritu. En la demonología medieval y renacentista, esta personificación se solidificó aún más, y Mammon fue a menudo catalogado como uno de los príncipes del infierno, asociado específicamente con el pecado capital de la avaricia. Se le representaba como un demonio de gran poder, tentador de los humanos a través de la promesa de riquezas terrenales.
Por lo tanto, el simbolismo de Mammon es profundamente ambivalente en su origen (riqueza como sustantivo neutral) pero predominantemente negativo en su evolución